Qué pasa.

El pensarlo me genera miedo y el no admitirlo no me produce alivio. El sentarme a reflexionarlo hace que mi pulso se acelere y que mi cuerpo tiemble.

Ese pensamiento que ronda continuamente. Esa vaga idea de si realmente es lo que sientes, pero son demasiadas cosas ya en tu mente. No sabes, no entiendes, no escuchas, no hablas. 

Vuelan palabras que no tienen sentido, pero si significado. Se habla de conjunto, de comunidad, de grupo o de hermandad. 

A veces me siento sola, otras sé que vivo acompañada. A veces me siento ignorada y otras escuchada. Muchas personas comprenden lo que digo, otras muchas hacen que mis palabras caigan al vacío. 

Tú conoces esa sensación de querer pegar un grito, de romper tímpanos con ese chillido, de que te escuchen y te entiendan, que te apoyen y te quieran.

Abrazos que son necesarios o palabras reconfortantes en momentos clave. Letras de canciones sin sentido que llegan al alma cuando menos se espera. 

Tiembla mi cuerpo cuando lo leo y cuando lo escribo, cuando lo pienso y cuando lo digo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós 2022

Momentos

Trotsky