Momentos

Parece mentira que dentro de nada ya sea navidad. Y pensar que llevo evitando todo el verano momentos en los que más te he podido echar de menos.

Esos intentos han sido en vano. No he podido evitar el necesitar que me acompañaras cada vez que merendaba, o como tú decías “vigilar qué comía”. Te encantaba mirar cómo me preparaba mi leche con galletas principes machacadas y a mi me encantaba ver que te sorprendía la pasta que hacía con ellas, a pesar de tus mezclas culinarias, como migar el pan con aceite en leche y luego morder un trozo de queso, mientras te metías un trozo de ese pan mojado en la boca. He de reconocer que era una de las cosas que más me gustaba desayunar con la abuela y contigo. Gracias a tí, aprendí a comer muchas cosas que jamás hubiera pensado que me podrían gustar. Otras, quizás, las dejaré para cuando sea algo más mayor.

Pero no eran esos los únicos momentos en los que pensaba mucho en tí. He pasado el verano esperando a que te despertaras de tu siesta para dejarte tu sitio del sofá. Tengo que reconocer, que hubo momentos en los que juré escuchar tus pasos inconfundibles por ese pasillo. 

Al meterme en la ducha, me repetía en mi cabeza de forma inconsciente tú mítica frase: “a que te corto el agua”. La decía como si intentara anticiparme a tus palabras. Palabras que nunca llegaban. 

He de reconocer, que ese tiempo que estuvimos allí en Mazagón, lo pasé mal. Y dejé de ir. Cuando salí por la puerta de esa casa, no he podido volver. Me dolía el sentir todos esos recuerdos.

Prometo ir poco a poco curando todas las heridas. Pero perdóname. No hago más que caer.

Comentarios

  1. El abuelo nos dejó demasiado pronto, a pesar de su edad 😘

    ResponderEliminar
  2. Genial Yeya. Cuanto disfrutaba con el lote completo!!!! Se le echa muuuuuucho de menos. 😘

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Adiós 2022

Papitou

Felicidades atrasadas.