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Mostrando entradas de marzo, 2014

Otra infancia más.

Querer volver al pasado por que era la mejor etapa. Cuando solo te tenías que preocupar de que las ruedas de la bici estuviesen hinchadas, o de ir a ver la peli de dibujitos que te gustaba, o tan solo preocuparse por reír y disfrutar, sin atender especialmente a las cosas que no te interesaban, o cuando tu mayor responsabilidad era encontrar un ejército de niños para jugar al poliladron. Esos viejos recuerdos en el patio de mi casa o en la piscina de mi urbanización cuando mi madre me vigilaba a pesar de tener socorrista, o que me partían el filete y yo solo lo tenía que masticar. En fin son buenos momentos, pero momentos del pasado y ya no se puede volver pero todavía me queda un presente y un futuro por vivir. Lo intentaré llenar de locuras, de diversión, de momentos de seriedad, de momentos de agobios, de amistades...

Prefiero vivir mi propia realidad.

Ver y no creer. Querer y no sentir. Llorar y sin mojar. Reír y sin sonrisa. Poder y no querer. La carcajada más sincera y más clara, el corazón más limpio y cubierto de una fina capa de amor. Pequeños gestos que marcan grandes diferencias. Pequeños pasos que te llevan a altos cargos. Un empujón es suficiente, un aliento de prosperidad, una sonrisa en vez de un silencio, un te quiero en vez de un hasta luego. Aparentar cosas que no somos para sentirnos personas distintas, cambiar de vida y ser felices, pensar de otra manera, gesticular de otra forma. Aparentar algo que no eres en realidad. A veces nos sentimos como un autor del modernismo, queremos viajar a lugares hermosos, a lugares en los que la fantasía abunda, a lugares con los que sueñas llegar algún día. Querer llegar a ser un Rubén Darío y tener esa facilidad de evadirse a lugares rodeados de lujo. Lugares llenos de armonía, de paz, de amor, de colores, de cuentos.

Lo nuevo asusta.

No saber si es temor o simplemente un silencio que grita. Una boca que balbucea, un chillido, un estallido. Sueños rotos, sueños destrozados, querer conseguir algo y nunca alcanzarlo. Desilusiones de un amor cortés, princesas con tridentes feroces y caballos negros que escupen fuego. Príncipes marrones sin bufones, con tachuelas y rasteros sin causa alguna. Fumadores que te echan el humo en la cara, alcohólicos conduciendo autobuses, pilotos de aviones sin disfraz. Estamos haciendo cambios difíciles, destrozando, manipulando, intentando llegar a algo a lo que nunca aspiramos.

Un nuevo mundo.

En tu tejado nos volveremos a ver donde fuimos una sola persona una vez. Donde corríamos como enanos, tu a por tu princesa y yo a por mi príncipe azul. Su gorro le tapaba la mirada, mi traje le rozaba. Un nuevo camino hemos descubierto mientras recordábamos viejos momentos. Un camino ancho, sin recovecos, sin espinas con las que pincharnos. Un nuevo cielo azul se a abierto encima de nuestras cabezas, es amplio, puro, eterno. Bajo nuestros pies, un campo de blancas mariposas y verdes praderas, praderas llenas de hojas de colores. El sol brilla mas que nunca, sin nubes cercas, sin tormentas llenas de relámpagos. Las aceras ya no están mojadas, ya no hay charcos en la carretera. Los pájaros han salido de sus nidos y cantan una melodía serena, tranquila, como sin ruido. Los coches que antes pitaban sin descanso, ahora son caballos blancos con hermosos jinetes en sus lomos. Los barcos que nadaban sin rumbo, ahora son sirenas cantando sus cánticos de alegría.

Mi estrellita blanca.

Varias veces me encuentro entre la espada y la pared pero miro al cielo y me fijo en la estrella que más brille porque se que eres tú. Porque tú sabes como cuidar de mi. Porque cuando estoy llorando, tú te encargas de que salga el sol, porque si estoy desganada tú haces que salgan las flores, porque tú haces que no salga la tormenta cuando me equivoco. De ti aprendí a valorar las cosas por cómo son, a no juzgar un libro por la portada, a sonreír a pesar de sentirme como una mierda. Hoy quiero darte las gracias por cada segundo de tu vida a mi lado. simplemente quise decirte adiós, pero no pudo ser, quise decirte te quiero, pero no tuve la ocasión. Ahora te digo adiós, te doy las gracias y decirte que te quiero más que las abejas a las flores, más que un papel a un boli.

Todo comienza con una mirada.

Una mirada fría, un beso tras ese día, dos corazones se juntaron, ahora son sólo uno en cada pecho. Nuestras manos se tocaron y gritamos a los cuatro vientos que algo nuevo estaba pasando. Alegrías, sonrisas en cada esquina. Ya no nos pinchas ni las espinas. Ya nada nos separará, ni la bengala de otro amor. Ni los suspiros que mencionan el perdón. Porque ya sólo es un corazón. Agárrame la mano, vallamos a un universo paralelo lleno de gente, de familias, de muchas risas, de colores alegres, de esperanzas, de ilusiones. un rinoceronte rosa, una casa en medio de la costa. Decir cosas sin sentido y reírnos hasta despedirnos.

Pienso recordarte hasta en el olvido.

Quizás un silencio mudo, unas palabras sin pronunciar, un adiós sin despedida, eso es lo que nos va a faltar. Por eso pienso recordarte hasta en el olvido, tener pesadillas cuando te vallas. Una caja sonora que no suene, una bailarina que no baile, una absurda tontería y quizás luego venga una despedida.