Una más pero distinta.

Si, el título de esta entrada, tiene relación al nombre inicial de este blog. Y es que yo me considero una más pero distinta, y no es que me considere especial sino que, todas las mujeres somos distintas la una de la otra. En cuanto a gustos, tamaño, forma... Pero eso sí, todas somos especiales.
Realmente me considero afortunada de haber nacido en esta época, en un momento en el que el empoderamiento de la mujer está a flor de piel. Vale, ya hubo sus pioneras en esto de que se valorara más a la mujer y de hecho, gracias a ellas las mujeres podemos estudiar, trabajar e incluso votar. Pero eran solo unas pocas. Ahora este movimiento se está extendiendo más por el mundo y cada vez son más mujeres, e incluso hombres, que luchan por los derechos de la mujer. Es cierto que aún quedan cosas pendientes como la diferencia salarial, pero ya Jennifer Lawrence se plantó ante el director de una de sus películas y le puso las cartas sobre la mesa. ¡Las mujeres no somos inferiores a los hombres! Pero tampoco superiores.
Cuando antes me refería a que he llegado en la época perfecta del empoderamiento de la mujer me refería a esto, ahora las mujeres sí luchan realmente porque los derechos de la mujer sean iguales a los de los hombres, pero me da a mí que como siga así la cosa, vamos a llegar a tal extremo que viviremos en una sociedad hembrista donde se tratará al hombre como él nos trató una vez a nosotras.
Así que desde aquí, me gustaría reivindicar los derechos de la mujer y a la vez hacer un llamamiento a la cordura a todas aquellas que piensen que el hombre es inferior a la mujer porque todos somos personas de la raza humana con nuestros pros y nuestros contras. Y la diferencia de sexo no debería de ser algo que esté en la lista de los contras.

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